Si llegaste aquí es porque
me viste en las calles:
mi lugar de trabajo.
Vendo Frunas desde la niñez y con ello
he logrado sacar adelante a mi familia;
pero la pandemia ha hecho que la
gente tenga miedo de abrirme la
ventana de su auto para
comprármelas.
Yo también tengo miedo de contagiarme, pero no puedo dejar de vender.
